Aun en las circunstancias más difíciles, la Asociación Nacional de
Periodistas del Perú no podría dejar en el olvido su homenaje a quienes, día a
día, por vocación y profesión, afrontando toda suerte de peligros, cumplen con
la tarea inclaudicable de informar con la verdad a la Nación. Es su destino de
organización gremial y sindical de los trabajadores y trabajadoras de prensa,
precursora y protagonista de las más trascendentes y recordadas luchas y
conquistas sociales del periodismo nacional.
Este acto recordatorio, lleno de fraterna emoción, se lleva a cabo, sin
embargo, en uno de los momentos más difíciles para la vida y la salud de la
humanidad. Nos embarga el sufrimiento y el dolor de una pandemia globalizada,
durante la cual se está poniendo a prueba la expresión, moral y material, del
significado de la solidaridad de las personas y de los pueblos. Hombres y
mujeres militantes de la ANP forman parte activa de la vanguardia de héroes y
heroínas civiles, que cumple ese sagrado deber, como auténticos mensajeros de
la comunicación social.
Nada les arredra. Ni la violencia física, ni la amenaza verbal, ni el
autoritarismo, ni el abuso del poder. Para los trabajadores y trabajadoras de
prensa, es doctrina democrática respetar y hacer respetar la información como
derecho del pueblo. En sus sagrados mandamientos, la ANP afirma y afirmará, sin
temor, que la peor opinión es el silencio, que la imposición de la cultura del
secretismo, no pasará. Su historia elocuente, de más de nueve décadas de
trayectoria ejemplar, avalan con firmeza esta posición.
La ANP es consciente del significado de este nuevo aniversario del
"Día del Trabajador/a", de la heredad de las luchas de los
obreros/as, empleados/as, técnicos/as y profesionales, que entregaron la vida,
aquí en Perú y en el mundo, por darle dignidad al trabajo humano. Pero,
igualmente, es consciente que ese cometido no ha concluido. Más todavía, cuando
la globalización, bajo el prextexto de una época de cambios y no de cambios de
época, nos pone sobre aviso ante el advenimiento de la economía inmaterial o
economía digital, sustentada en el recurso tecnológico, que perversamente
practicada, pondrá fin al derecho al trabajo, a las conquistas sociales y
económicas. El trabajo humano perderá, entonces, su rol protagónico, no habrá
salvaguardas para la justicia social y la equidad. Los efectos dañinos de la
pandemia de hoy, no serán comparables, en el futuro inmediato, con la condena
al desempleo, al hambre y la miseria de trabajadores formales e informales,
autogestionarios y emprendedores cogestionarios.
Ante ese porvenir amargo, la ANP se pone en alerta y de pie para darle
respuesta, en democracia y libertad de palabra, a los que no conciben que la
tecnología debe ser una herramienta para la participación social y laboral de
la persona humana, de una economía que como bien común, no margina, tampoco
discrimina. ¡En el día del trabajador/a, luchemos por un mañana mejor!
ANP, 1 de Mayo 2020
COMITÉ EJECUTIVO
NACIONAL
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