Marcela Turati, María Catalina Colmenares, Vanina Berghella y Mario Tascón. Foto: Joaquín Sarmiento/Fundación Gabo.
Es precisamente esa búsqueda de
independencia editorial, de hacer periodismo veraz y con criterio, lo que ha
motivado a un número considerable de periodistas a trabajar en defensa del
derecho a la información en América Latina. Estos emprendimientos periodísticos
que han surgido en el ecosistema mediático se enfrentan a retos económicos,
tecnológicos y políticos para poder producir; sin embargo, aun así encuentran
la forma de salir a flote.
En la charla ‘¿Cómo se financia el periodismo
independiente en América Latina?’, Marcela Turati, María Catalina
Colmenares, Vanina Berghella y Mario Tascón hablaron de las iniciativas que
buscan impulsar este tipo de proyectos y las oportunidades que hay para
emprender e innovar frente a las necesidades de cada contexto.
Vanina Berghella, directora de
Velocidad, una aceleradora que pretende impulsar los modelos de negocio de
medios digitales e independientes en América Latina, comentó que la pregunta ha
sido la misma desde hace 20 años, y que la respuesta también es igual: “La
pregunta del millón es respecto a la crisis y los distintos factores que están
afectando a los medios de comunicación en distintas partes del mundo. ¿Qué
vamos a hacer?: encontrar formas”.
Para hallarlas se refirió a los
proyectos independientes. Aclaró que se debe pensar de acuerdo con el contexto
y la audiencia a la que se quiere dirigir o la que ya los sigue. “Hablamos de
estas apuestas que tienen intenciones de que los medios emprendedores en
Latinoamérica tengan la oportunidad de pensar su modelo de negocio, su
sustentabilidad. Para esto es importante pensar en la línea editorial y
focalizarse”.
Dijo que actualmente casi todos los
medios están trabajando en varias fuentes de financiamiento, pues la apuesta no
puede ser por una sola, la inversión debe estar dada por distintos patrones.
Marcela Turati leyó una gran lista de opciones a las que recurren, entre las
que mencionó la aplicación a becas, apelar al apoyo de organizaciones
filantrópicas, a los colegas, ofrecer almuerzos o cenas, realizar talleres,
vender arte, asesorías o postres, entre otras.
María Catalina Colmenares,directora
de programas para América Latina del Media Development Investment Fund, entre
tanto, hizo énfasis en el cambio de un modelo antiguo unidireccional en el que
la información se da a la audiencia pasiva del lector que recibe sin haber una
respuesta de vuelta, soportado con la publicidad.
“Todo ha cambiado mucho impulsado por
las nuevas tecnologías. Hay que adaptar ese modelo, pues la publicidad que
financia una organización, que además es súper rentable, ya no existe, lo que
sí siempre existirá es el contenido, lo que la gente consume”.
Los medios de comunicación, sean
independientes o no, deben repensar sus equipos y el abordaje que se le da a la
información, pues ahora, de acuerdo con los expertos, como vivimos en un mundo
horizontal en el que existen muchos espacios de interacción, la pirámide del
poder de la información ya no es la respuesta. “Se debe tener en cuenta quién
consume la información y de qué forma para entender cómo monetizar lo que
hago”, indicó Colmenares.
Lo que sufren los periodistas independientes
Marcela Turati, coordinadora de
proyectos en Quinto Elemento Lab, se refirió a una realidad latente, la que
tienen que padecer los periodistas que deciden emprender porque pasan de
preocuparse por construir verdaderas piezas periodísticas a buscar formas de
financiar los proyectos. “También es cambiar un poco la identidad del
periodista. Los que creamos nuestros propios colectivos siempre tenemos
problemas con los salarios. Hay unos que apelamos a becas para realizar algunos
reportajes, pero ¿y el pago de los servicios públicos y de todo lo que conlleva
tener un medio independiente?”
Enfatizó en que anteriormente esta
preocupación no existía por hacer parte de un medio tradicional, en el que solo
se esperaba el cheque de la quincena, pero cuando se trabaja de forma
independiente ya se apela más a la colaboración entre colegas para realizar los
trabajos. “Pasamos esa etapa en la que hacíamos los textos o las
investigaciones en los tiempos libres a conseguir, además, proyectos u otras
alternativas que te permitan vivir.
Ahora cada vez que me encuentro con mis colegas en congresos o eventos ya no hablamos de los reportajes que hacemos, sino de cómo nos financiamos”.
Ahora cada vez que me encuentro con mis colegas en congresos o eventos ya no hablamos de los reportajes que hacemos, sino de cómo nos financiamos”.
Recalcó el hecho de que los
periodistas independendientes deben tener siempre los proyectos en la “punta de
la lengua” para que cuando se encuentren “de casualidad” con un filántropo o
una organización sepan venderlos. “Si te topas con Bill Gates en un ascensor
tienes cuatro minutos para exponer cuál es tu proyecto y cómo puede contribuir.
Esto es para decir que se debe ser claros con el objetivo de lo que quieren
hacer”.
La filantropía como financiamiento
Colmenares indicó que la filantropía
tiene diferentes clases y que esto estaría relacionado con el tipo de
organización. En el proceso de analizar qué medios independientes tienen
posibilidades de acceder a los financiamientos, los filántropos hacen un
análisis de qué tan probable es que los emprendimientos sean sustentables o
rentables. “Hay una lógica que va más allá de una filantropía caprichosa:
existen diferencias entre el que quiere un medio y que la filantropía lo
financie y quién entiende su producto, su entorno y las fuentes que lo pueden
apoyar”.
Arranque y sostenibilidad
No es lo mismo la financiación de
arranque de un medio que la que se necesita para que sea sostenible en el
tiempo, ahí es cuando aparece la incertidumbre. Claramente, apostar por este
tipo de proyectos periodísticos totalmente independientes no es fácil, pero se
puede lograr si existe un objetivo claro, una estructura y se plantea un modelo
de negocio que propenda por diferentes alternativas que permitan sufragar el
emprendimiento.
Sobre el Premio Gabo y el Festival Gabo
Es convocado por la Fundación Gabo con el objetivo de incentivar la búsqueda de
la excelencia, la innovación y la coherencia ética en el periodismo, con
inspiración en los ideales y la obra de Gabriel García Márquez, y en la
dinámica de innovación, creatividad y liderazgo que caracterizan a Medellín,
Colombia.
El Premio Gabo y el Festival Gabo son
posibles gracias a la alianza público-privada conformada por la Alcaldía de
Medellín y los grupos Bancolombia y SURA con su filiales en América Latina.
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