Por Ana De Luis Otero La diabetes mellitus tipo 2 es una enfermedad
crónica degenerativa que afecta a la población mundial y representa una
importante causa de morbilidad, invalidez y mortalidad; esta última debida
principalmente al infarto agudo del miocardio y a la enfermedad cerebro
vascular (ECV), ya que el paciente diabético es más proclive a padecerlos por
razón del factor aterosclerótico asociado a la hiperglicemia.
De la misma manera existe un riesgo alto de morbilidad,
complicaciones como la insuficiencia renal crónica, la retinopatía, las
neurópatas y las secuelas que esto conlleva. Las personas que padecen diabetes
tipo II suelen tener un sobrepeso durante varios años, obesidad los años
siguientes por hábitos alimentarios que no son correctos, son además
sedentarios, y normalmente no lo conocen hasta que no tienen los primeros
síntomas que pueden estar relacionados con la resistencia
a la insulina.
La diabetes mellitus representa un grave problema de salud
pública.
Su incidencia oscila entre el 1-2 % de la población mundial.
El tipo más frecuente es la diabetes no insulinodependiente (DMNID), o
tipo 2 y es la segunda causa de muerte en países desarrollados. La diabetes tipo
2 representa a la gran mayoría de las personas que tienen diabetes –entre 90 y
95 de cada 100–. En esta diabetes, el cuerpo no puede usar la insulina en forma
adecuada por ello, a esto se le llama resistencia a la insulina. A medida que
la diabetes tipo 2 empeora, es posible que el páncreas produzca cada vez menos
insulina y produzca deficiencia de insulina y por tanto, el paciente comenzará
a notar síntomas.
Por otro lado, existe la diabetes de tipo 1, denominada
previamente como diabetes juvenil o insulinodependiente, ya que tiene
lugar la destrucción autoinmune de las células beta del páncreas. Esta
representa entre el 5-10 % de cada 100 personas que tienen diabetes. En la
diabetes tipo 1, el sistema inmunitario del organismo destruye las células que
liberan insulina, llegando a eliminar la producción de insulina del cuerpo
con el tiempo.
Sin insulina, las células no pueden absorber el azúcar
(glucosa), la cual necesitan para producir energía.
Por diabetes gestacional (DG) se entiende toda
aquella alteración del metabolismo hidrocarbonado que se diagnostica por vez
primera durante el embarazo. Los criterios para su diagnóstico han variado a lo
largo de los últimos años y aún hoy día existen diversas recomendaciones al
uso.
En sujetos asintomáticos (puede que padezcan diabetes tipo
2) y que no tengan diagnóstico previo de alteraciones en la homeostasis de la
glucosa, hay que comprobar si son obesos, tienen hipertensión arterial, tienen
subida de triglicéridos, entre otros factores. Investigaciones argumentan
la relación existente entre los malos estilos de vida y el mal control
glucémico, así, la alimentación,
el control del estrés y el sedentarismo son factores que guardan una importante
relación como parte del estilo de vida con esta enfermedad. Si se revierte la
diabetes puede ser solamente por el cambio de hábitos de vida y si no, las
complicaciones pueden ser muy graves además de someter al paciente a un
importante riesgo de sufrir enfermedades cardíacas, ataque o derrame cerebral y
amputaciones de pies o piernas.
Si padece obesidad durante al menos cinco años, tiene más de
45 años y no tiene ningún síntoma, acuda al médico endocrinólogo para que
compruebe si no adelgaza porque tiene resistencia
a la insulina.
La situación de la diabetes podría revertir o hacerse
crónica. En un tanto por ciento, depende de usted, y es una enfermedad
prevenible que no merece la pena solamente por no tener las consecuencias que
derivan de ella.
No hay comentarios:
Publicar un comentario