Este implica examinar el aspecto, la concentración de la
misma y determina, cuando los resultados son anormales, que hay una
enfermedad. Si existe hematuria, se observa la presencia de eritrocitos
en la orina, (específicamente > 3 de ellos por campo) de alto aumento en el
examen del sedimento urinario. La orina puede verse roja, sanguinolenta o
del color de una gaseosa cola (hematuria
macroscópica con oxidación de la
sangre retenida en la vejiga) o puede no ser visible (hematuria microscópica).
Cuando existe hematuria aislada está la presencia de eritrocitos en
la orina sin otras anomalías (como proteinuria o cilindros urinarios).
El color rojo de la orina no siempre se debe a la presencia
de eritrocitos.
Puede producirse una coloración roja o castaña rojiza debido
a la hemoglobina o mioglobina en la orina, por porfiria, por haber ingerido
alimentos como remolacha, colorantes alimentarios, etc. o por la ingesta de
medicamentos.
CUANDO TENEMOS ERITROCITOS PUEDEN ACCEDER A LA ORINA EN
CUALQUIER PARTE DEL TRACTO URINARIO, DESDE EL RIÑÓN, LOS TÚBULOS COLECTORES Y
URÉTERES, LA PRÓSTATA, LA VEJIGA Y LA URETRA.
La mayoría de los casos involucran hematuria microscópica
transitoria que es autolimitada e idiopática. La hematuria microscópica
transitoria es especialmente común en los niños, y se presenta hasta en el
5% de sus muestras de orina. Hay muchas causas específicas como son las infecciones
urinarias, la prostatitis (inflamación de la próstata) o cálculos urinarios (sobre
en adultos y rara vez en niños).
En alguna ocasiones si hemos realizado un ejercicio intenso
que no es habitual, puede que tengamos una hematuria transitoria. De igual
forma, cuando existe cáncer o una enfermedad prostática avanzada,
puede ser un síntoma que debemos seguir estudiando y debemos acudir a un
urólogo de urgencias.
En algunos pacientes, la hematuria cursa con enfermedades
complicadas como nefropatías, vasculitis, tratornos glomerulares y por
algunos parásitos que pueden causar infecciones complicadas. En cualquier
caso, la sangre en la orina debe vigilarse y el médico valorará según la edad
del paciente si es grave o no y le pedirá cistoscopia, estudios de imagen y
otras pruebas específicas sobre todo si tiene más de 4 años para evitar el
riesgo de padecer cáncer sin saberlo.
Aunque es un síntoma que no debe alarmarnos en exceso, si es
conveniente seguir con exploraciones para dar con el diagnóstico exacto. En un
control anual podemos saber si tenemos hematuria en la orina y el
médico valorará o no su importancia. Muchas mujeres con pérdidas por la
menstruación suelen tener valores altos de sangre en la orina y es
imperceptible y no da síntomas con lo cual, el médico tampoco le dará
importancia. En cada caso debe ser analizado por el urólogo y el abordaje lo ha
de realizar él, nunca utilice pseudoterapias, hierbas u otros tratamientos que
enmascaren la dolencia porque la sangre en la orina es un síntoma de una
enfermedad y esta debe curarla un facultativo.
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